CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Por qué es un mito hablar de "personalidades adictivas" (y qué consecuencias tiene pensar que existen)
![_129647768_mediaitem129647767.jpg.webp](https://static.wixstatic.com/media/5335c5_c39f594bdb81489291fdb5d8a63fceb7~mv2.webp/v1/fill/w_494,h_278,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/_129647768_mediaitem129647767_jpg.webp)
Durante la década de 1990, el término "personalidad adictiva" fue utilizado por algunas empresas farmacéuticas como parte de las recomendaciones y advertencias de algunos productos, y quizá también, irónicamente, para promocionar fármacos analgésicos que causan adicción.
Fue el caso de OxyContin, un medicamento opioide fabricado por la farmacéutica estadounidense Purdue Pharma que solo se podía adquirir con receta de un médico.
En aquella época, mientras comercializaba su producto, Purdue Pharma dio instrucciones a sus representantes para que dijeran a los médicos que sólo las personas con una "personalidad adictiva" corrían el riesgo de engancharse, a pesar de saber que era altamente adictivo y ampliamente consumido.
De hecho, OxyContin y otros medicamentos como el fentanilo son señalados como culpables de alimentar la crisis de los opioides en Estados Unidos, que causó más de medio millón de muertes en ese país entre 1999 y 2020.
Pero ¿se puede atribuir a la personalidad la adicción a una sustancia? ¿Hay personas realmente más propensas a desarrollar una adicción?
Según Ian Hamilton, profesor asociado especializado en adicciones en la Universidad de York (Reino Unido), se trata de un concepto que parecería ideado para la industria farmacéutica.
"En cierto modo, les libra de culpa. El mensaje es: 'si eres tan débil como para desarrollar un problema con nuestro producto, se debe a tu personalidad, no tiene nada que ver con nosotros'", expone.
Más complejo
Muchos psiquiatras y expertos en adicciones afirman que no hay pruebas científicas que respalden esta idea de la personalidad adictiva.
También advierten de que el concepto es perjudicial, ya que sugiere que las personas tienen poco o ningún control sobre su adicción.
Admiten que existen algunos vínculos entre ciertos rasgos de la personalidad y la adicción, pero que son mucho más complejos de lo que suele indicar la afirmación de "personalidad adictiva".
Mark Griffiths, catedrático de Adicciones de Comportamiento de la universidad británica de Nottingham Trent, califica el concepto de "personalidad adictiva" de "mito absoluto".
"Para que exista algo así como una personalidad adictiva, lo que se está diciendo es que hay un rasgo que predice la adicción y sólo la adicción", afirmó Griffiths. "No hay pruebas científicas de que exista un rasgo que prediga la adicción y sólo la adicción", enfatizó.
El huevo y la gallina
La neurosis o neuroticismo, por ejemplo, tiende a asociarse con muchas formas de adicción.
Considerado como uno de los cinco grandes rasgos de la personalidad, el neuroticismo se define como el grado en que una persona reacciona ante las amenazas percibidas y las situaciones estresantes. Las personas muy neuróticas son ansiosas y propensas a los pensamientos negativos.
Según un análisis de 175 estudios, los trastornos por abuso de sustancias se asocian con altos niveles de neurosis y bajos niveles de concienciación (el grado en que una persona muestra autocontrol).
La investigación descubrió que las adicciones conductuales, como la adicción a internet, al ejercicio físico o a las compras compulsivas, por ejemplo, también están asociadas al neuroticismo.
"Si eres neurótico, eres muy ansioso", dice Griffiths.
"La gente tiende a utilizar conductas adictivas o sustancias como forma de gestionar sus rasgos neuróticos. La mayoría de las adicciones tienen que ver con sobrellevar situaciones y son sintomáticas de otros problemas subyacentes, como la depresión o el neuroticismo", explicó el catedrático de Nottingham Trent.
Pero no hay estudios que demuestren que todas las personas con adicciones padezcan neuroticismo.
"Puedo encontrar muchas personas que son neuróticas y no son adictas. El neuroticismo está asociado a la adicción, pero no la predice", aclaró Griffiths.
Como señala Hamilton, puede ser "terriblemente difícil" desentrañar qué es lo primero cuando se trata de una dependencia de sustancias.
"Se observan tasas elevadas de depresión o ansiedad entre las personas que se vuelven drogodependientes. Pero entonces se convierte en el huevo y la gallina. ¿Fue el neuroticismo lo que llevó a la persona a la droga, o fue la adicción a la cocaína durante un largo periodo de tiempo lo que afectó su estado de ánimo?"